El señor Otto Sonnenholzner se levantó esa aciaga mañana con el brío de aumentar la flaca masa de simpatizantes por las calles de la ciudad. Lo que no previó es que hay eventos en la vida que están fuera de nuestro control. En su entusiasmo, embebido en la figura de vicepresidente de la República del Ecuador, nunca se pudo imaginar que en su cara una niña de rostro de pueblo le implorara: “No destruyan mi país… Me he dado cuenta que el anterior presidente lo hizo todo. Gracias a él, yo estoy aquí”. Cara a cara. Ella tan frágil y pobre, él tan poderoso y rico. Ambos: tan solo humanos, demasiado humanos.
Cada palabra de la niña, acompañada de la razón y, sobre todo, con empoderamiento de futura mandante, llegaron al oído y a la conciencia del vicepresidente como martillazos al ser interpelado. Rápidamente se escabulló, se hizo el sordo y trató, ya muy tarde, de pormenorizar la denuncia. Con la boca en el piso, avanzó cargado de la vergüenza y con la mirada de no saber qué hacer, ni qué decir, como quien avanza hacia un futuro incierto, presagiando la deshonra y el olvido, por haberse prestado a ser el “tonto útil” de las élites dominantes. Lección: si una niña se ve obligada a llegar a la conciencia de ajenos mandatarios, ¿por qué nosotros no hacemos lo mismo?
Es el llamado ético de una niña de 15 años quien públicamente, con conocimiento de causa, ha arrostrado a un inadvertido vicepresidente puesto a dedo. “Me he dado cuenta”, nos dice. La voz de la niña es la voz de la conciencia colectiva, incorporada en ella, que también se da cuenta y que dice: yo estoy aquí para defender lo nuestro. Es una voz firme y de aliento que nos convoca a renunciar nuestro miedo; a retomar conciencia de nuestro poder político. Después de todo, si es que vivimos en democracia, los políticos se deben a nuestra voluntad.
Al parecer, ya empezamos a ver brotes de rebeldía, manifestándola frontalmente con nuestro desencanto. Lo mismo debe haberle ocurrido al señor Julio Cesar Trujillo, la mañana del primero de mayo, cuando, sin estar consciente de su entorno, se puso al frente de la marcha con su paso parsimonioso para quizá recibir por última vez alguno que otro “gracias” por su gestión. Lo que no esperó fue el contundente abucheo de la gente quienes a gritos desenmascararon su oprobioso paso por el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social. A sus gastados oídos llegaron al unísono el humillante: “¡Fuera Trujillo, fuera. Fuera corrupto, fuera!”. Igualmente, bajo el resguardo de agentes de seguridad, en su anhelo de figurar, encontró el rechazo que quedará grabado en la lápida de la memoria colectiva del ecuatoriano, por haber sido otro “tonto útil” para la destrucción de la institucionalidad del país. Lección: por su desenfrenado odio contra todo que se considere “correísta”, el pueblo lo ha declarado enemigo como lo hizo el 24 de marzo votando contra su voluntad. Su propio ego lo sepultó.
Y no faltaba más. Vemos que las encuestas arrojan una bajísima aceptación por este gobierno. No solo son números: también se traducen en el comportamiento del ciudadano contra los mandatarios. Lenín Moreno, muy suelto de huesos, de forma casual entra a un restaurante, ve pasar a un señor marcando a su hijo, extiende su mano, para recibir un apretón de manos, signo de cordialidad entre pares, y no es correspondido, dejándolo con las manos vacías: abandonado y descartado. El señor se hizo el “tonto” y Moreno se hizo el “pendejo” y… en paz fue a comer su mágico arroz con huevo. ¿Aplicaría esto para INA Investment Corporation? Lección: cuando no se cumple con la tarea encomendada y se traiciona y se vive bajo la sospecha de corrupción se pierde legitimidad.
Son formas de rebeldía que van socavando el poder que se les encomendó. No han cumplido. Han hecho mucho daño al regresarnos a un pasado INAceptable. De estas manifestaciones podemos entrever que si los enfrentamos cara a cara y los ponemos en su lugar, conscientes de nuestro poder, ellos, los políticos de turno, no podrán contra nuestra voluntad. Vale la pena recordarles que así como hay un elegido vicepresidente inocente en la cárcel, así también hay la voz inocente de una niña de 15 años que en su indignación ha arrostrado a un vicepresidente no elegido y lo ha puesto en su lugar. Es así que en este contexto nacional podemos decir que sigamos activos y combativos porque es “gracias a la desesperanza que nos ha sido dada la esperanza”.
Luis Alfredo Castillo
Prensa República del Banano

EXCELENTE
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Es evidente la relación toxica del gobierno, con el pueblo sencillo y humilde, llevando agravar sistemáticamente con sus propuestas políticas, mentirosas, engañosas, corruptas y desbastadoras, que agudizan la economía y la sobrevivencia humana, que puede llevar a un levantamiento popular, con serias consecuencias de lamentar.
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Palabras sabias de Luis Alfredo Castillo, necesitamos alimentarnos de estas palabras constructivas que permiten reflexionar y actuar, no permitir que la represion oprima y desaliente para que vengan los malos salvadores de la Patria y den continuidad a este salvajismo que estamos viviendo.
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