¿Corrupción? ¿Viveza? ¿Mediocridad?
Nunca entendí por qué la UNE se opuso, durante el gobierno de Rafael Correa, a que fueran evaluados los conocimientos de los profesores. ¿Cómo se pueden tener a ciudadanos preparados para desempeñar sus cargos si sus profesores temen ser evaluados en la misma materia que dan? ¿Cómo se puede tener confianza en el abogado que nos defienda, o en el cardiólogo que nos opere, o en el electricista que instale todo un sistema eléctrico en nuestra casa, si su educación ha estado plagada de profesores que temieron ser evaluados? ¿Cómo se elimina la mediocridad en una sociedad si no se empieza con educadores conocedores, competentes y rigurosos? ¿Les sorprende que hayan tantos políticos mediocres? ¿Les sorprende que haya tanta corrupción? ¿Les sorprende que haya tanta viveza?
El sindicato no es ni más ni menos sino la voz representativa de un conglomerado de personas que contribuyen con su pericia a proveer un servicio a la sociedad, ayudando, por lo tanto, -al gobierno así como al sector privado- en la organización de una sociedad con responsabilidades y derechos; responsabilidad de proveer un trabajo de calidad y derecho a una vida digna.
Quisiera que quede bien claro, para que no me mal entiendan, con lo que escribí en mi último artículo. Al decir “mientras los empleados del sistema público son protegidos y su posible ‘mediocridad’ aceptable porque se arriman a la protección de los sindicatos que los defienden”, no significa que no esté de acuerdo con la existencia de sindicatos. Mi pugna se centra en los que con su politización y con consentir la infiltración de mediocridad, dan una pincelada general manchando a los verdaderos defensores de los derechos y obligaciones laborales con miras a producción de calidad. Ningún sindicato debería defender a ningún trabajador ni profesional mediocre. Le toca al sindicato aclarar cuáles son las condiciones del trabajo que exige el empleador, y debe quedar claro el hecho de que le incumbe a los superiores encargados ser mentores, modelando excelencia. La supervisión de la calidad de servicio o trabajo prestado es obligación del que emplea. Al encargarse de esta tarea, podrá comprobar la calidad o mediocridad, pudiendo justificar con pruebas contundentes un posible o necesario despedido.
El propósito de cualquier sindicato es ante todo, el de representar con una sola voz a sus contribuyentes y servir de intermediario entre ellos y la institución o empresa que los emplea. Es una fuerza cuyo poder consiste en establecer los parámetros deseados para el desempeño de determinado servicio, negociar las mejores condiciones de trabajo, y asegurarse de conseguir buenos beneficios a través de la negociación colectiva.
Un individuo que pague por representación sindical, debe exigir que esa organización vea por su bien estar como trabajador o profesional, para que él o ella pueda concentrar sus energías en el desempeño de su cargo, haciéndolo “con ciencia y con conciencia”, sin tener que preocuparse de la subjetividad típica de ambientes de trabajo que no tienen sindicato, y en los cuales se ven injusticias y abusos. La seguridad del trabajo debería siempre estar directamente relacionada con la calidad del producto o servicio, y no con la antigüedad en ese puesto.
Ana María Pereira-Castillo
Articulista
República del Banano
Muy balanceado tu artículo, Ana María. Agregaría que también es necesario incluir a las personas en cargos de dirección y supervisión en los planes de evaluación. Como se ha visto muchas veces, un buen supervisor, tutor o jefe puede hacer lucir la calidad de una personas con formación mediocre, en la misma medida en que un supervisor, tutor o jefe mediocre puede hacer fracasar a un profesional bien formado y brillante. Los sistemas de evaluación de personal, incluyendo al personal supervisor requieren de diseñadores bien formados, con gran conocimiento de la tarea, honestos e íntegros. Los resultaods de la evaluación deberían en un primer lugar, ser fuentes para eld esarrollo del personal evaluado. El despido debería ser la última opción, cuando el personal evqaluado no tiene la actitud positiva para aprender y mejorar o cuando el nivel de sus aptitudes son demasiado pobres para el cargo que ocupa. La evaluación del personal docente y directivo es más que la aplicación de una prueba de conocimientos; debería ser un sistema de mejoramiento de la calidad del acto educativo y, por consiguiente, una preocupación compartida por igual por sindicatos y equipo patronal. Gracias por tu artículo inspirador.
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Completamente de acuerdo.con. la.articulista sin embargo creo que nos hace.falta honestidad transparencia y compromiso primero.con nosotros.mismo y luego con la.comunidad
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Los sindicatos lamentablemente la gran mayoría son dirigidos por gente mediocre, abusiva, sin valores y con pésima formación, que podemos esperar de sus dirigidos, hay que cambiar el chip aptitud-actitud, los sindicatos deben ser formación de excelentes personas y excelentes profesionales de acuerdo a su perfil, sólo así,seran un aporte a la sociedad.
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Muy bien dicho me gusta este tema ya que trata de una gran realidad nacional se necesita en oficinas publicas calidad no cantidad, pero cuando uno necesita acer un trámite es tan estresante con el cuento de que vaya allá y el otro dice vuelva mañana y así pasa el tiempo y uno no sabe a quien pedir ayuda
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