#ArtículoBananero| La responsabilidad de la palabra hablada o escrita Por Ana M. Pereira-Castillo

El hecho de estar en plena campaña electoral en la que los ciudadanos tienen que elegir por uno de los dos binomios presidenciales, no da a nadie el derecho de difamar, y mucho menos a los políticos opositores o a la prensa. Habrá que tomar en serio las ya existentes leyes y litigar toda difamación para que no quede impune ni los autores, ni los pericos repetidores de chismes y cuentos que influyen en algunos que, al estar mal informados, toman decisiones de las que se arrepienten demasiado tarde. Tal vez así se acabe con esa mala costumbre de manchar la dignidad ajena, tanto durante la campaña electoral como fuera de ella.  La prensa debería ser el ejemplo para los ciudadanos, informando siempre a partir de fuentes fidedignas. ¡Opinar no es sinónimo de difamar!

Empecemos por lo que podemos controlar: nuestra lengua y nuestra mano. Cuando se quedan impunes los autores de las películas y/o montajes ficticios orquestadas con la intención de hacerle daño al opositor, queda impune también una sociedad que se vuelve cómplice y malévola. Desafortunadamente, si esta ha sido toda la historia de las elecciones en países en vías de desarrollo, no es de sorprenderse que sigan siendo usados por los que al “tener un ojo en el mundo de ciegos, se vuelven reyes”. A éstos les interesa mantener el statu quo porque así seguirán disfrutando de ello sin preocuparse por los demás. ¡No nos dejemos usar, y mucho menos, embriagarnos empapándonos en las fantasmagóricas tramas que podrían producir películas para incautos! No nos dejemos llevar por personales cuentos fantásticos descritos por fulano o mengano, pruebas que no hayamos visto con nuestros ojos ni las hayamos vivido!

El voto es una responsabilidad cívica que uno tiene para con uno mismo, su familia y su patria. ¡Habrá que revisar la Historia del país, no la que describe la prensa y/o los ‘amigos’ y/o los ‘enemigos’ políticos del Facebook! ¡Habrá que comparar la historia de las políticas de Estado del partido a que pertenece cada binomio, de las obras hechas o por hacer, y de los logros alcanzados o de los fracasos repetidos por los protagonistas de esos gobiernos anteriores! ¡Habrá que evaluar sobre la trayectoria de cada uno como ciudadano, mientras gobernaban esos partidos! ¡Si la suya ha sido de maravilla, piense como podría haber sido la de la mayoría de los compatriotas que no pertenecen a su clase socio-económica!

¡ Acordémonos de que la tranquilidad y seguridad que tanto se anhela tener y se ve en los países desarrollados, son producto de una mejor redistribución de la riqueza a la que todo ciudadano contribuye, le guste o no! El Estado desempeña un papel fundamental. El sector privado y empresarial también, con tal que se rijan a las leyes laborales y cumplan con transparencia su obligación tributaria. Hemos sido testigos todos de cuán difícil ha sido esta pandemia para el mundo entero. Sin embargo, también nos hemos dado cuenta del papel que ha desempeñado el Estado en ciertos países, apoyando igualmente a los trabajadores desempleados, como a los empresarios que tuvieron que cerrar sus negocios.

El Estado de Bienestar Social, manejado por gobiernos con sólidas políticas sociales y equilibrada inversión privada, no solo ofrece estabilidad socio-económica y seguridad en tiempos de abundancia como en épocas difíciles, apoyando y rescatando cuando se dan serias crisis económicas, catástrofes climáticas y pandemias mundiales. La pandemia nos deja una gran lección sobre la importancia del Estado. El respaldo público de un sólido sistema de salud y de educación son más vigentes que nunca. Gracias a las micro empresas agrícolas, contrario a lo de otros países, los ecuatorianos pudieron sustentarse. Claro que nos toca a todos contribuir para esos tiempos de vulnerabilidad así como nos beneficiamos en tiempos de abundancia. En eso consiste la solidaridad. Salimos ganando todos cuando no tememos por nuestra seguridad. ¡Ojo con dejarnos llevar por ésta o aquella historia! ¡No vaya a ser que después nos demos cuenta de que dimos nuestro voto por tal o cual binomio, por lo que nos dijeron o lo que escuchamos, y no tuvimos la responsabilidad de apropiarnos de la información debida, veraz, y contrastada! Hay que responsabilizarse por nuestras propias decisiones.

Ana María Pereira-Castillo

Articulista

Prensa República Del Banano

4 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Pablo Cabezas Molina dice:

    No es una fábula o mentira en contra de un PRÓFUGO, sentenciado por la Ley ahora apoyando a un “muchacho” ingenuo para que ocupe el más alto puesto del Estado. Es acaso una mentira que desaparecieron por coimas los dineros del pueblo. Sería infame esconder los hechos fatales realizados en contra del pueblo ecuatoriano. Esto sin duda orienta para una elección correcta.

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    1. benjamín dice:

      Sería bueno que exhiba pruebas. Están acostumbrados a echar lodo sobre personas honestas. De este gobierno corrupto y comprobado debería hablar

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  2. Elio Loor dice:

    Sin justicia y honestidad no existe democracia verdadera, ni desarrollo sostenible para nuestra nación. Si queremos ser verdaderos ciudadanos que aporten realmente al país, necesitamos exigir que se atienda el reclamo legítimo de Yaku Peres, pues el fraude es eminente y no podemos construir sobre esa base un país mejor.

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  3. Holger Lara dice:

    Bien lo señalado apreciada Anita. Tenemos que ser responsables de nuestros actos, actuemos con respeto, ética y dignidad. El pueblo esta con su valometro para su jusgamiento y rechazar al candidato inicuo.

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