Confieso que cuando escribí este artículo de septiembre de 2019, lo volvería a publicar, a vísperas de la partida de Moreno, con el ánimo de hacer acuerdo de su nefasto paso por nuestras vidas…
Llegará el día en el que dejemos de sentir el peso de tu traición. El día en el que al sentirnos aliviados diremos: Moreno se largó, se escapó, se refugió, huyó… Mientras tanto, los que votamos por ti, continuaremos cautivos testigos de tu desenfrenada audacia. Contaremos los días de bochorno, los días de vergüenza popular. Pues, no has sabido cumplir con tu deber. Irresponsablemente recibiste el encargo presidencial sin saber a lo que te metías. Mientras tanto, los ataques contra ti aumentarán. Por las noches… en la almohada… ya sin tener escape, zumbarán en tus entrañas las acusaciones que te acribillarán de mentiroso y de traidor. ¿Cómo pudiste llegar a ser tan perverso?
Hasta cuándo abusarás de la paciencia de aquellos, que en un ‘paso’ mal dado de tu parte, saldrán a la calle a retomar su histórico llamado de “forajidos”. Dirás, como ya lo has hecho tan socarronamente, que te “importa un bledo”. Te sentirás tan protegido que osas, desde tu mundo apartado, incitar a la gente con tus expresiones denigrantes y burlonas. Hasta has encarnado la antítesis de lo que Alianza PAIS un día significó: la alternativa contra la politiquería. Ahora eres uno de ellos: los atrasapueblos, puesto que ahora cerca de ti, hienas y ratas pululan por los corredores del poder.
No te molesta haber sido el pernicioso que desató el descalabro institucional, ni la desfachatez de entregar el poder a los que perdieron en las urnas, ni te importó que su programa neoliberal se impusiera, ni de ser el artífice para inobservar la Constitución, convocando a una ilegal consulta popular, ni de haber regentado la mayor persecución política, justamente contra aquellos que un día diste tu voto de lealtad, a esos ‘amigos’ que adulabas y los llamabas con epítetos como el “Jorge de las hidroeléctricas” o “Rafael el de la leyenda”. Pero, ¿sabes? Tu patraña ha quedado desnuda, tu pus apesta y el pueblo, arrepentido de apostar por ti, lo sabe.
Ligero fuiste al abandonar el cargo presidencial y como ‘jefe de Estado’ entregaste el poder a oportunistas prestos a desatar su venganza. Entregaste a tus secuaces, de intentos perniciosos, las artimañas para violar la Constitución y para orquestar el robo. Mira el resultado: inseguridad imparable; cárceles de horror; pobreza y desempleo galopante; ofertas de campaña incumplidas; Ola Bini expone y desnuda a la justicia ecuatoriana; “filtración y robo de información privada”,… Ligero también fuiste en culpar de todo a Rafael Correa. Mira a tus asesores: no dan pie con bola. Ves que al final, de tanto desacertar con tu equipo, terminaste haciendo baratillo a tu intimísimo amigo, el de «Sabor a mí». ¡Ya sé! Ahora tienes más opulentos amigos, de esos que genuinamente te despiertan y te hacen soñar en esa vida suntuosa, pero estéril, de esa vida que las fotos hablan más que mis palabras.
La mancha de corrupción te seguirá: como un Caín quien quiso enlodar la honradez de su ‘hermano ideológico’ para solapar su propia corrupción. Como él no tendrás paz mental. Y es que al no abrir las cuentas de INA Investment, tus mandantes tienen el derecho de ponderar y de aumentar la sospecha de tus sigilosos acechos y de todo rumor de mancha que se te pueda inculpar. Sabemos por dónde anduviste. También sabemos quiénes fueron tus compinches, tu “banda de delincuentes”. Las evidencias abundan para darnos cuenta de que un empresario fracasado o, por último, un servidor público, no podría darse ese desplante de lujos. Lenín Moreno, apuntaste con el dedo sin limpiarlo de sus manchas.
Tu partida dejará a la patria resquebrajada, al mando de intereses económicos extranjeros. El peso significará que los niños ya no podrán avizorar el futuro con certidumbre. Tú robaste la luz. Tu presencia y nombre estorban. Sin embargo, todo es cuestión de tiempo para renacer en entereza, en fuerza, en templanza, en prudencia, en justicia. Tú no supiste que somos semilla. ¡Ingrato!
Luis Alfredo Castillo
Articulista
Prensa República Del Banano
Felicitaciones, Luis. Su artículo, como nos tiene acostumbradxs, recoge el sentir del pueblo que ubica en el merecido desprecio a un ser tan abominable que traicionó no solo una causa, sino a toda la patria.
Me gustaLe gusta a 1 persona
traición.
desenfrenada audacia
Irresponsable
mentiroso
politiquero
atrasapueblos
pernicioso
ligero
desacertado
Caín
Tu partida dejará a la patria resquebrajada, al mando de intereses económicos extranjeros. El peso significará que los niños ya no podrán avizorar el futuro con certidumbre. Tú robaste la luz. Tu presencia y nombre estorban. Sin embargo, todo es cuestión de tiempo para renacer en entereza, en fuerza, en templanza, en prudencia, en justicia. Tú no supiste que somos semilla. ¡Ingrato!
Pero, ¿sabes? Tu patraña ha quedado desnuda, tu pus apesta y el pueblo, arrepentido de apostar por ti, lo sabe.
Me gustaLe gusta a 1 persona