En nota de prensa del 21 de marzo del 2021, del diario El Universo, en su titular
de primera plana se expresa
“Guillermo Lasso propone el libre acceso a
la universidad”, en el contenido de esta información, que nunca fue
desmentida se afirma “Lasso dijo también que en su gobierno presentará una
reforma para modificar la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) para
reformar la Secretaría Nacional De Educación Superior, Ciencia Y Tecnología
(Senescyt) y eliminar el requerimiento del Examen de Acceso a la Educación
Superior (EAES) (…) El presidenciable planteó entre sus ofrecimientos dar libre
acceso a la universidad y dijo que trabajará para que exista también una
universidad libre, es decir que las universidades se manejen de forma autónoma.
(…) Lasso dijo que en su gobierno trabajará para que las universidades estén
autorizadas a crear extensiones para ampliar carreras, según la demanda y que
se impulsará la educación técnica en zonas rurales al igual que la educación
online para permitir un mayor acceso a la educación universitaria”
(1)
En entrevista al secretario de Senescyt, Alejandro Ribadeneira, que realiza
el diario El Comercio, el mencionado funcionario manifiesta: “Se ha
malinterpretado el mensaje del Presidente. Jamás habló de libre ingreso a las
universidades sino de libre elección de la carrera y de la institución a la que
el estudiante quisiera acceder. (…)
¿Por qué no? Pregunta
el periodista y Rivadeneira, responde: “Aquellos que hemos vivido en
nuestra época académica esa penuria del libre ingreso sabemos que es imposible
y que es un discurso simplemente demagógico. A través de un proceso organizado
y progresivo, en cambio, sí es posible ir aumentando los cupos, la oferta
académica y no depender solo de la prueba de admisión”
(2)
Es evidente que la propuesta del candidato Lasso, resulto ser una mentira,
que seguramente tenía la intensión de captar el voto de los jóvenes que están
en los últimos años de estudios secundarios, y que en la práctica se topa con
la realidad dura y pura, que es que el acceso libre a las universidades pasa
porque el Estado proporcione al sistema educativo superior de los recursos
económicos necesarios, a fin de cumplir con la norma constitucional que
señala: “El estado garantizará el financiamiento de las instituciones públicas
de educación superior” y que distribución de estos recursos deberá basarse
fundamentalmente en la calidad.
La calidad es otro elemento, relevante en el sistema educativo nacional en
general y particularmente en el superior, la UNESCO promueve el acceso a una
educación de calidad como derecho humano y este principio necesariamente debe
ser medido, valorado en todas las variables que se consideren importantes para
la construcción de una educación de calidad: las características de los
educandos, el proceso de enseñanza-aprendizaje, la infraestructura física,
administrativa, los recursos humanos que dispone, el sistema administrativo;
los resultados del aprendizaje, en función de la vinculación al mercado laboral
de los egresados, el contexto social, económico, cultural del país.
La educación universitaria, necesariamente debe estar al servicio de los
seres humanos, sin discriminación alguna, reconociendo la situación de la
población vulnerable, y al servicio de los ejes del desarrollo nacional.
Este derecho de las personas y deber ineludible e inexcusable del Estado,
tiene que responder al interés público y no a los intereses individuales y
corporativos, por esto requerimos una autoridad educativa nacional que ejerza
la rectoría del sistema, que formule la política nacional de educación;
asimismo regule y controle las actividades relacionadas con la educación, así
como el funcionamiento de las entidades del sistema.
Estos elementos, nada tiene que ver con la afirmación del presidente Lasso
de autorizar a las universidades crear extensiones o nuevas universidades,
exclusivamente por la demanda.
Está claro que la educación universitaria de tercer nivel es un deber del
Estado, y que es indispensable el aporte de recursos para dejar la demagogia,
pero además que es de altísima importancia garantizar la calidad educativa,
para lograr que la educación sea el motor del desarrollo del pais.
La Asamblea Nacional, se apresta a discutir reformas a la Ley Orgánica de
Educación Superior, y es allí donde los estudiantes, académicos, los docente,
directivos de establecimientos de educación superior, los colegios
profesionales, los pueblos y nacionalidades, representantes de las cámaras de
producción y de la Economía Popular y Solidaria, deben brindar sus aportes que
se sustenten en los principios que en este corto análisis se han desarrollado y
otros que no tengan que ver con el negocio educativo o el chantaje de la mesas
de dialogo de unos pocos y falsos representantes que acuerdan en función del
reparto de prebendas y canonjías.
En estas reformas está en juego la visión pro empresarial, mercantilista de
la educación o la visión del derecho humano y por lo tanto del deber del
Estado.
Autor: Jorge Cáceres E.
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