Hay suficientes normas que obligan a los cuerpos de seguridad a actuar, es la capacitación a la Policía la que está fallando, agregó.

Billy Navarrete, secretario del Comité Permanente de Derechos Humanos, destacó que lo todo lo ocurrido en las cárceles se extiende a todo el territorio ecuatoriano, demostrando que está fuera del control del Estado y particularmente del Gobierno

“Se ha venido dejando de tener control progresivamente y este episodio inicio a finales de 2018 con el incremento de la violencia y el hacinamiento galopante en los Centros”.

Reiteró que el Estado ha permitido que sean las organizaciones criminales quienes tengan en condición de secuestro a la población carcelaria y no se puede justificar las masacres aduciendo ajustes de cuentas, mismas que al final ni siquiera se investigan ni se conoce a los responsables, simplemente queda en la impunidad.

Manifestó la necesidad de que las fuerzas de seguridad rindan explicaciones de lo que están haciendo al igual que la Comisión encargada de la Pacificación: “Debe estar atravesada por transparencia y esclarecimiento de hechos sobre todo en la penitenciaria del Litoral”:

Se preguntó ¿a dónde van las sustancias y armas que se decomisan en los Centros de Detención? ¿dónde están los registros y custodios?: “Porque parecería ser que se decomisan y se vuelve a ingresar”. Mencionó que las familias dejaron de visitar a los parientes por decisión del Gobierno, por lo tanto, el control de las cárceles está en manos de guías y policías: “Ahí hay complicidad del Estado que tiene que ser esclarecida”.

Sobre el uso progresivo de la fuerza, subrayó que aquello ya está normado y los cuerpos de seguridad están obligados a actuar frente a cualquier acto irregular, sin embargo casos como el de Diana Carolina asesinada en manos de su pareja a vista de policías y el de Santiago Olmedo disparando por la espalda a dos antisociales, demuestran que no hay capacitación: “No actuar contra una persona que tiene a una persona amenazada es negligencia, disparar por la espalda es negligencia”.

Fuente: Pichincha Universal, Republica del Banano.