Carlos Bravo, exgerente de la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD), calificó como mamotreto la demanda de los hermanos William y Roberto Isaías, donde piden USD2.000 millones al Estado, pues, dijo, está prescrita y el Tribunal Contencioso Administrativo de Guayaquil estaba en la obligación de no acogerla: “Pero ahí está la Procuraduría para presentar esa excepción y si no lo hace estaríamos hablando de un acto doloso, es cuestión de ver fechas”.
Recordó que en el Gobierno de Lenín Moreno, los Isaías empezaron a precalentar la cancha, haciendo una analogía con el fútbol, ya que presentaron un recurso de revisión ante la Corte Nacional de Justicia, misma que fue aceptada por la jueza Daniella Camacho: “Les concedió de manera ilegal, les quitaron la tarjeta roja y les dejaron jugar”.
“En ese Gobierno faltando dos o cinco días para que Moreno se vaya, les dieron una estrategia que se completaría en el Gobierno de Guillermo Lasso”.
Ya en el actual régimen, aseveró, los hermanos exdueños de Filanbanco, a través de su abogado, sabían que tenían el partido a su favor y le sumaron al árbitro Ricardo Noboa, muy cercado al Presidente de la República y además su abogado: “Pretenden meter una goleada al Ecuador de apenas 2.000 millones, esa es la síntesis”.
Señaló que sí tiene preocupaciones por el caso, no tanto por el tema de repetición, porque tampoco tiene dinero para responderles, pero sí por las declaraciones del mandatario donde afirma que defenderá el interés público y seguido de ello cuestiona si las incautaciones estarían bien hechas o si hubo bienes que se los malbarato: “Esa es la tesis de los Isaías y eso preocupa”.
Sumado a ello, Bravo, indicó que si Lasso conocía que Noboa era abogado de los Isaías desde hace más de diez años, por qué lo nombró representante del Estado ante el Ciadi: “Más conflicto de intereses, imposible”.
Reconoció que luego de la incautación, el Estado no cumplió con su rol de vender los bienes e incluso, subrayó, que cuando se realizó los procedimientos se dijo que el Estado es un pésimo administrador de bienes privados y no solo en la época de Rafael Correa, sino de siempre.
“No estamos para administrar terrenos o vehículos, y la razón de la incautación tenía como objetivo resarcir al principal perjudicado por los atracos de los Isaías, el segundo devolverle el dinero a los demás perjudicados de la criminal crisis bancaria”.
Puntualizó que en esto tuvo mucho que ver “el clarísimo delincuente Pedro Delgado”, quien, dijo, engañó al país, a los ecuatorianos, al presidente Correa y a su persona: “Ahora veo como ese granuja de (Fernando) Villavicencio, lo usa para redes sociales poniendo audios de Delgado como testigo de los fraudes, cuando es defensa clarísima de sus amigos Isaías”.

Fuente: Pichincha Universal, Republica del Banano