Me enfrento a un Estado indolente y malo, que nunca le importó mi hija, agregó

Elizabeth Otavalo, madre de María Belen Bernal, enfatizó que su familia se siente desecha, intentando buscar justicia, aunque las circunstancias le han demostrado que el proceso es opaco, pues se trata de la Policía investigando a uno de sus miembros.

“No sé si nos enfrentamos a mafias o monstruos, ya no sé a quién pedir ayuda. No sé si desde la divinidad me están ayudando”.

Remarcó que en el plano investigativo existe un divorcio total con la Policía Nacional porque no le informan de los avances. Respecto al ámbito judicial, lo calificó como muy lento, esperando que la Fiscalía haga su trabajo, esto mientras se encuentra luchando junto a sus abogados que pertenecen al bufete donde trabajaba Belén.

“No tengo más porque económicamente tampoco tengo, de pronto hasta pierdo el trabajo, porque tengo que luchar contra todo este aparataje y el Estado insensible”.

Aclaró que el informe donde la Policía explica lo que hizo durante 12 días de seguimiento a Germán Cáceres en Colombia, lo tomó del propio informe de Fiscalía, negando que se haya filtrado. En ese sentido reprochó que ese documento haya sido de apenas una carilla y media, cuya única conclusión fue que el teniente fugó a Panamá.

“El 9 de octubre después de que se fueron a pasear, dicen que hay indicios que una persona con características de Cáceres cruzo a Panamá, ese es todo el escueto informe”.

Criticó que sin comunicarse con sus pares en Panamá, los uniformados regresaron a Ecuador, donde se demoraron 10 días para entregar ese escueto documento.

“Lo más insólito es que piden 15 días más de prórroga para presentar la ampliación del informe, es decir nunca tuvieron nada”.

Alertó de un rumor que corre en la Fiscalía de que la defensa de Josselyn S. llegó a un acuerdo con la Policía Nacional de dejarla en libertad a cambio de su silencio.

“Espero que se sensibilice y diga la verdad, que caigan esos peces o ¿qué le ofrecieron a ella? Ella tiene los nombres de las personas, incluso de quienes le fueron a visitar”.

Otavalo manifestó que luego de la muerte de su hija, lo único que le queda es pedir de rodillas que le otorguen verdad y justicia.

“Quiero que caiga esa gente. ¿Qué hay detrás del cuerpo encontrado en el cerro Casitagua? No fue solo Germán Cáceres, hay un equipo de hombres”.

Reiteró que ninguna institución del Estado la apoyó, ni la Secretaría de Derechos Humanos y mucho menos la Defensoría del Pueblo: “Estoy contra un Estado indolente y malo, que nunca le importó mi hija”.

Fuente: Pichincha Universal, Republica del Banano.